Anoche tuve un sueño muy extraño, y he decidido compartirlo con vosotros. Antes de empezar quisiera que, como sueño que es, no os preguntéis el porque de las cosas; simplemente suceden así, sin mucho fundamento.
Estaba yo en algún lugar cuando alguien, un hombre de unos 50 a 60 años me dicen mis vagos recuerdos, me dice que cogiera el arma que me dio, este tipo de fusil, y que disparara a un cartel que ponía el nombre de una población (no recuerdo en nombre del pueblo) y debajo un número de tres cifras (no recuerdo cual) seguido de km. Vamos, que era un cartel típico de carretera.
Acto seguido estoy en otro sitio, que probablemente fuese el centro de alguna ciudad, donde había muchísima gente aglomerada. Era de noche pero no había mucha oscuridad porque estaba muy iluminado todo. Tengo la sensación de que esa gente estaba ahí porque pasaba algo importante, y como las masas son morbosas no se lo podían perder.
Se respiraba un gran ambiente de emoción y se palpaba en el ambiente que iba a ocurrir algo.
Era un cruce con cuatro salidas, lo típico, pero las calles eran increíblemente anchas, sobretodo la calle que veía de frente. La calle que tenía de izquierda a derecha era mucho más estrecha, como si mi perspectiva fuese la realidad, pero aun así era muy ancha.
Y en la boca-calle que había frente a mí, a la altura del alto de un semáforo, veía dos o tres carteles de carretera, con su población arriba y debajo la cifra en kilómetros hacia dicho sitio. Pero no identificaba ninguno con el que me habían dicho.
Tenía el arma escondida entre mi ropa. Tener ese arma me hacía sentir especial, poderoso.
La gente hacía subir cada vez más la tensión y emoción; cuando, de repente, miro un mucho más hacia la derecha de los carteles que antes estaba mirando (la calle era enormemente ancha) y encuentro lo que estaba buscando: el cartel con la población y los km que me indicaron.
Entonces tomo la iniciativa. Gritando muestro el arma y grito algo así como que voy armado. La gente se asombra, pero nadie huye despavorido, como si se esperaran que fuese a ocurrir. Y tras sacar el arma, con mis dos manos apunto hacia el cartel y acierto con un solo disparo.
Justo a la derecha del cartel había un edificio con grandes cristales y ventanales, de donde, sin explicación lógica apareció una imagen impactante que se veía perfectamente tras el cristal: Decenas de personas, desnudas, se veían al otro lado del cristal, flotando porque estaban inundadas de agua, pero con unas máscaras conectadas a un tubo que les permitía respirar, y las personas estaban aporreando el cristal como si les fuese la vida en ello, para que les viese todo el mundo. En sus miradas penetrantes se descubría una extrema desesperación. Su sufrimiento lo sentía muy bien: eran cautivos de algo o de alguien. La emoción y el subidón de adrenalina eran máximos al ver esa imagen tan espeluznante.
Y desperté.
No soy un gran narrador, ya veis que en mi blog apenas escribo historias, pero espero haberos transmitido la mayor parte de la euforia que me produjo el sueño. Este sueño es de los pocos que recuerdo y que no son estúpidos (al menos en la consecución de sucesos), por eso quería escribirlo aquí. Para no olvidarlo nunca y por el placer de compartirlo con vosotros. Además, es el sueño negro, macabro o como queráis llamarlo que más me ha impactado, y teniendo en cuenta las pocas veces que recuerdo lo que sueño es muy extraño para mí.
Seguro que todos vosotros tenéis algo así que contar, sobre algún sueño o experiencia particularmente extraña. Os animo a que hagáis una entrada contando alguna de las vuestras.
Nos leemos.
Estaba yo en algún lugar cuando alguien, un hombre de unos 50 a 60 años me dicen mis vagos recuerdos, me dice que cogiera el arma que me dio, este tipo de fusil, y que disparara a un cartel que ponía el nombre de una población (no recuerdo en nombre del pueblo) y debajo un número de tres cifras (no recuerdo cual) seguido de km. Vamos, que era un cartel típico de carretera.
Acto seguido estoy en otro sitio, que probablemente fuese el centro de alguna ciudad, donde había muchísima gente aglomerada. Era de noche pero no había mucha oscuridad porque estaba muy iluminado todo. Tengo la sensación de que esa gente estaba ahí porque pasaba algo importante, y como las masas son morbosas no se lo podían perder.
Se respiraba un gran ambiente de emoción y se palpaba en el ambiente que iba a ocurrir algo.
Era un cruce con cuatro salidas, lo típico, pero las calles eran increíblemente anchas, sobretodo la calle que veía de frente. La calle que tenía de izquierda a derecha era mucho más estrecha, como si mi perspectiva fuese la realidad, pero aun así era muy ancha.
Y en la boca-calle que había frente a mí, a la altura del alto de un semáforo, veía dos o tres carteles de carretera, con su población arriba y debajo la cifra en kilómetros hacia dicho sitio. Pero no identificaba ninguno con el que me habían dicho.
Tenía el arma escondida entre mi ropa. Tener ese arma me hacía sentir especial, poderoso.
La gente hacía subir cada vez más la tensión y emoción; cuando, de repente, miro un mucho más hacia la derecha de los carteles que antes estaba mirando (la calle era enormemente ancha) y encuentro lo que estaba buscando: el cartel con la población y los km que me indicaron.
Entonces tomo la iniciativa. Gritando muestro el arma y grito algo así como que voy armado. La gente se asombra, pero nadie huye despavorido, como si se esperaran que fuese a ocurrir. Y tras sacar el arma, con mis dos manos apunto hacia el cartel y acierto con un solo disparo.
Justo a la derecha del cartel había un edificio con grandes cristales y ventanales, de donde, sin explicación lógica apareció una imagen impactante que se veía perfectamente tras el cristal: Decenas de personas, desnudas, se veían al otro lado del cristal, flotando porque estaban inundadas de agua, pero con unas máscaras conectadas a un tubo que les permitía respirar, y las personas estaban aporreando el cristal como si les fuese la vida en ello, para que les viese todo el mundo. En sus miradas penetrantes se descubría una extrema desesperación. Su sufrimiento lo sentía muy bien: eran cautivos de algo o de alguien. La emoción y el subidón de adrenalina eran máximos al ver esa imagen tan espeluznante.
Y desperté.
No soy un gran narrador, ya veis que en mi blog apenas escribo historias, pero espero haberos transmitido la mayor parte de la euforia que me produjo el sueño. Este sueño es de los pocos que recuerdo y que no son estúpidos (al menos en la consecución de sucesos), por eso quería escribirlo aquí. Para no olvidarlo nunca y por el placer de compartirlo con vosotros. Además, es el sueño negro, macabro o como queráis llamarlo que más me ha impactado, y teniendo en cuenta las pocas veces que recuerdo lo que sueño es muy extraño para mí.
Seguro que todos vosotros tenéis algo así que contar, sobre algún sueño o experiencia particularmente extraña. Os animo a que hagáis una entrada contando alguna de las vuestras.
Nos leemos.